The Voices of Silence: Magic Mysteries by Juan Pedro Quiñonero
Las Voces Del Silencio: Misterios Gozosos (Español)
Les Voix du silence: envoutants mystères (Français)
Circulos Silencios par Edorta Kortadi [DEIA] (Español)
Silent Circles by Edorta Kortadi (English)
El Trazo Zen, Gerardo Elorriaga [El Correo, Bilbao] (Español)
Zen and Art [Global Vision, N°9 2003, London]
Zen et L'art [Global Vision, N°9 2003, London] (Français)
Past, Travel Influence Featured Artist's Work [The Daily Northwestern, Chicago]
Ramon Hernandez : Gallerie Brun Léglise, Paris
Ramon Hernandez : Gallerie Brun Léglise, Paris (Français)
THE VOICES OF SILENCE: MAGIC MYSTERIES
Cesare Pavese put an end to his life and to his work: no more words. A gesture.
The heirs of ethics and aesthetics of Zen Buddhismin time of crisis and Apocalypse, the great masters of the Japanese group Gutai, Jiro Yorshira, Akira Kanayama, Kazmo Shiraga, Chiyu Vemase, Toshio Hoshida, Michio Hoshihara, etc., have reintroduced the staging of the artistic, tragic and poetic gesture into the history of contemporary art.
The artist does not surrender to surrealist automatism. The poetic gesture aspires to establish a dialogue between the dark night of the sky (St.John's Apocalypse) and the black night of man (Celan). After a long and solitary period of Interior and spiritual maturation, the work of art is created in a gesture of love: a physical action, a murmur, the imprint of the hand projecting a cloud of nightmares or stars onto the white canvas.
The work of Ramon Hernandez is in keeping with this Eastern tradition. His pictural gestures are constellations of signs: his works are sown in to the dark night of the soul but bloom in the illuminated intimacy of the skin, the hand, the body. Kneeling before the whiteness of the work to come, Ramon offers us a vision of his most secret torments. Silently, his hand follows the River of the Arrow (Kipling) where the voices of all things created meet the pain of the pilgrim searching throughout the celestial geometry of creation for his place and his path.
His solitary search is somehow heroic. Pilgrim with no homeland, the artist withdraws into his ultimate solitude. No more culture. No more fictions. Let the light be! A gesture: the paper, the canvas are covered with a constellation of signs and mysteries. A powdery multitude of stars. The artist returns to the endless solitude of his torment. For us he leaves the imprint of his passage, the way and sacrifice of a solitary man offering us the miraculous fruit of his struggle and dialogue with the voices of creation's silence. The painting invites one to leap like Alice into Wonderland. No more words. Rather let us listen to the starry cosmic night, the sound of an endless symphony of matter and light offering us its magic mysteries.
Juan Pedro Quiñonero, Journalist and Art Critic
Galerie Azahar, Paris 1999
LAS VOCES DEL SILENCIO: MISTERIOS GOZOSOS
Cesare Pavese puso fin a su vida y su obra con una sentencia inapelable: Basta de palabras. Un gesto.
Herederos de la ética y la estética del budismo zen, en tiempos de crisis y Apocalipsis, los grandes maestros del grupo Gutaï, Jiro Yorshiha, Akira Kanayama, Kazmo Shiraga, Chiyu Vemase, Toshio Hoshsida, Michio Hoshihara, etc., reintrodujeron en la historia del arte contemporàneo la puesta en escena del gesto artistico, tràgico y poético.
El artista no se abandona al automatismo surrealista, El gesto poético aspira a establecer un diàlogo entre la noche oscura del cielo (San Juan) y la noche oscura del hombre (Celan). Tras una larga y solitaria maduración interior, espiritual, la obra se precipita con un gesto amoroso: una acción corporal, un murmullo, la huella de la mano precipitando en el blanco del lienzo una nube de pesadillas o estrellas.
La obra de Ramón Hernàndez se inscribe en esa tradición oriental. Sus gestos pictóricos son constelaciones de signos : la obra se siembra en la noche oscura del alma (Càntico Espiritual), pero florece en la intimidad iluminada de la piel, la mano, el cuerpo. Arrodillado, ante el blanco de la obra que vendrà, Ramón nos ofrece el fruto visionario de su tormento mas intimo. En silencio, su mano sigue el Rio de la Flecha donde se cruzan las voces de todas las cosas creadas y el dolor del peregrino que busca su propio puesto y camino en la geometria celeste de la creación.
Su bùsqueda, solitaria, tiene algo de heroico. El artista se repliega en la soledad ultima del peregrino sin patria. Basta de cultura. Basta de ficciones. Que la luz se haga. Un gesto. Un trazo. La mano se precipita con un gesto trémulo, y el papel, el lienzo, quedan maculados con una constelación de signos y misterios. Polvo de estrellas. El artista vuelve a la soledad sin fin de su tormento. Queda, ante nosotros, la huella del paso, el camino y el sacrificio de un hombre solo, ofreciéndonos los milagrosos frutos de su combate y dialogo con las voces del silencio de la creación. La pintura nos invita a consumar el salto de Alicia en su pais de Maravillas : basta de palabras; escuchemos la noche estrellada del cosmos, entonando la sinfonia sin fin de la materia y la luz, ofreciéndonos sus misterios gozosos.
Juan Pedro Quiñonero, periodista y crítico de arte
Galerie Azahar, Paris 1999
LES VOIX DU SILENCE: ENVOUTANTS MYSTERES
Cesare Pavese mit fin à sa vie et à son oeuvre avec une sentence sans appel: Assez de mots. Un geste.
Les héritiers de l'éthique et de l'esthétique du bouddhisme zen, en temps de crise et d'apocalypse, les grands maîtres du groupe japonais Gutai, Jiro Yorshira, Akira Kanayama, Kazmo Shiraga, Chiyu Vemase, Toshio Hoshida, Michio Hoshihara, etc., ont réintroduit dans l'histoire de l'art contemporain la mise en scène du geste artistique, tragique et poétique.
L'artiste ne s'abandonne pas à l'automatisme surréaliste. Le geste poétique aspire à établir un dialogue entre la nuit obscure du ciel (Apocalypse de Jean) et la nuit noire de l'homme (Celan). Après une longue et solitaire maturité intérieure, spirituelle, l'oeuvre se précipite avec un geste amoureux: une action corporelle, un murmure, l'empreinte de la main projetant sur le blanc de la toile un nuage de cauchemars ou d'étoiles.
L'oeuvre de Ramón Hernández s'inscrit dans cette tradition orientale. Ses gestes pictoriques sont des constellations de signes: l'oeuvre est semée dans la nuit obscure de l'âme (Cantique Spirituel), mais elle fleurit dans l'intimité illuminée de la peau, de la main, du corps. Agenouillé devant le blanc de l'oeuvre qui viendra, Ramón nous offre le fruit visionnaire de son tourment le plus intime. En silence, sa main suit le fIeuve de la Flèche (Kipling) où se croisent les voix de toutes les choses créés et la douleur du pèlerin qui cherche sa place et son chemin dans la géométrie céleste de la création.
Sa recherche, solitaire, a quelque chose d'héroïque. Pèlerin sans patrie, l'artiste se replie dans la dernière solitude. Assez de culture. Assez de fictions. Que la lumière se fasse! Un geste. Un trait. La main se précipite avec geste frémissant. Et le papier, la toile, sont maculés d'une constellation de signes et de mystères. Une poussière d'étoiles. L'artiste revient vers la solitude sans fin de son tourment. Pour nous, il reste l'empreinte de son passage, le chemin et le sacrifice d'un homme seul, qui nous offre les fruits miraculeux de son combat et son dialogue avec les voix du silence et de la création. La peinture nous invite à accomplir le saut d'Alice dans son Pays des Merveilles : assez des mots; écoutons la nuit étoilée du cosmos qui entonne la symphonie sans fin de la matière et de la lumière en nous offrant ses mystères envoûtants.
Juan Pedro Quiñonero, journaliste et critique d'art
Galerie Azahar, Paris 1999
En el silencio de los espacios y de los días surgió el gesto de la mano, la caligrafía y la pulsión poética del artista. Unas veces para trazar poemas condensados, otras, para crear espacios y ritmos para el ensueño y la vida. El gesto como afirmación del yo mas íntimo y profundo. El círculo y el punto, la cruz y el trazo largo para plasmar el universo cósmico entorno a uno mismo. Y surgió así la caligrafía oriental en la que tarde o temprano bebieron las vanguardias del siglo XX, y en la que siguen moviéndose muchos artistas actuales.
Meditación zen
Este es el caso de Ramón Hernández Juantegui (Donostia, 1957), quien tras sus estudios de meditación zen en Japón y en la India, se instala en Asteasu y en París, donde plasma sobre el papel arabescos, trazos y manchas de color, con una impronta de automatismo caligráfico. Tintas chinas sobre papel japón se enroscan y alabean para trazar universos y formas concentradas, gestuales y en movimiento, en torno a un espacio horizontal limpio y silente. Trazos que tratan de ser originales y únicos y que despiertan en el observador un espíritu de introspección radical y poético.
Pero también y en el camino se encuentran este tipo de obras con otras experiencias plásticas anteriores habidas en el espacio-tiempo, experiencias similares o parecidas que van desde Hartung a Soulages, de Tàpies a Sistiaga. En ciertos momentos sus obras nos recordaban a ciertas experiencias del primer Sistiaga que se adelantó a los artistas del País Vasco, trayendo la abstracción gestual de la capital del Sena y que le llevaron a obras radicales con las tintas sobre el papel y sobre el celuloide.
Sobria y profunda
Con todo, conviene también reseñar que el expresionismo abstracto de Ramón Hernández conecta de modo más radical que el de Sistiaga con corrientes minimales y de misticismo zen, y que en su obra se advierte un cierto despojamiento del yo, que le lleva a una cierta despreocupación formal y estética de su propia obra. Es como una obra radical, sobria y profunda, sin aditamentos ni referencias, aunque las haya, de ninguna otra clase, salvo las que se hacen a los propios métodos introspectivos y gestuales. Y en esto creemos nosotros que reside parte de sus aciertos y de sus valores esenciales. La obra que sirve de referente de la exposición, los dos círculos radicales con una vertical en medio trazados en blanco y negro, así como algún arco iris al fondo de la galería, creemos son sus obras más logradas.
Edorta Kortadi – San Sebastian
DEIA, Sabado, Octubre 14, 2006 Kultura Arte.
The poetic calligraphy of Hernandez Juantegui at Gallery 16 San Sebastian
Out of the poetic urge of the artist, in the silence of days and space, the hand suddenly risesto draw a calligraphy, a movement as an assertion of the deepest and most intimate self. The circle and the spot, the cross and the line materialize the surrounding cosmic universe. This is how calligraphy, which influenced the avant-garde of the 20th century and some of today’s artists, was born.
Zen Meditation
And this is the case of Ramon Hernandez who, after studying zen meditation in Japan and India, settled in Asteasu and Paris. He draws, on paper arabesques, lines and spots of color all very influenced by calligraphy. Lines of ink on Japanese paper winding and moving, resulting in converging shapes and forms in a still and horizontal space, thus inciting the viewer to introspection. In their evolution, these works remind of similar, plastic experiences by artist like Hartung, Soulages, Tapies or Sistiaga’s first period when he became the leader of basque artists by introducing “l’abstraction gestuelle” and thus creating some of his very important works: ink on paper and celluloid.
Sobriety and depth
To be honest, one must acknowledge that Hernandez’s abstract expressionism is much closer than Sistiaga’s to the mystical and minimalist zen movement One notices in his work a certain denial of the self enabling him to free himself in form and aethetics His work is radical, sobre and deep, without any addition or references other than those of personal introspective or gesture methods. This is, we think, part of his achievement and main values. The best works are, from our point of view, the paintins in black and white representing two circles with a vertical line running across and the rainbow at the back of the gallery.
Edorta Kortadi – San Sebastian
DEIA, Saturday, October 14th, 2006 Kultura Arte.
ZEN AND ART
After a year studying Spanish law, Ramon moved to Connecticut in the US where he studied Eastern Philosophy and Comparative Religions at the Satchidananda Center from 1977 to 1981.
Fascinated by the exotic, he later moved to Japan where he lived from 1983 to 1987, studying Zen Buddhism. During that time, Hernandez was encouraged by his meditation master to take up Japanese calligraphy. It didn't take long for this new creative discipline to re-awaken and encourage the young Spaniard's artistic talent. And the traditional Japanese philosophy of expressing one's deeper self through a simple gesture became central to Hernandez's art.
Searching the Orient
Having studied the great Japanese and Chinese calligraphy masters of the 18th and 19th century, Hernandez decided to adhere to the traditionally Asian notion that philosophy and painting are one. For Eastern artists, the search for an understanding of the world and of life is achieved through painting, expressing and reflecting the painter's feelings, emotions and experience.
To do this, the artist must free himself from technique and go beyond his own ideas and ego. His “personality” must “die” in the process in order to allow something truer to emerge. Hernandez's artistic eduction carried forth along those lines. He attached himself to a calligraphy master and learned calligraphy through repetitively copying characters until he was able to express his “true self” in the symbols. The intellect doesn't direct anything in the creative process. The gesture reveals itself.
Achieving this isn't easy, and Hernandez remembers his calligraphy master often warning him that too much thinking had gone into painting. A simple line could elicit the comment: “You are still thinking.” Sometimes he would be sent home after only an hour with the master indicating that nothing good would be produced that day, and there was no point in continuing further. The correct state of mind was not there.
When Hernandez was too focused on getting the technique right, his mind was too full of ideas. This may be why his paintings seldom have titles, preferring the public to recognize itself in the painter's vision of the world. The public should feel free to experience emotion, without being guided by a title. The spectator's state of mind must identify with what he sees, connect with an inner feeling of which he may never before been aware.
Hernandez today
Hernandez has spent the last ten years traveling in India, where he has been studying Art and Tibetan Buddhism in Dharamshala, Europe and Australia. He has exhibited in various cities including Paris, Perth, London and New York.
His style has been evolving towards simplifying and mastering the line in order to confer a more powerful form of expression. Space, so difficult to render when executing an abstract work, is brilliantly created through the application of many layers of paint (oil or acrylic) and Chinese ink.
Paintings are at times finished quickly, but most are started, then left aside for a while, and then worked on again. This process can sometimes go on for a few months before the painter feels that it is ready and that all has been expressed.
Global Vision No. 9, Vol. 3, 2003
ZEN ET L'ART
Après un an d'études de droit espagnol, Ramon s'installe aux Etats-Unis. De 1977 à 1981 il y étudie les philosophies orientales et les religions comparées au Centre Satchidananda. Attiré par I' Asie, il part au Japon et s'initie au bouddhisme zen de 1983 à 1987. A cette époque, son maitre de méditation l'encouragea à l'étude de la calligraphie japonaise. Très vite, cette nouvelle discipline stimulera son talent artistique. C'est ainsi que la philosophie traditionnelle japonaise qui consiste à exprimer son moi profond par un simple geste devint la base de l'art d'Hemandez.
Il adhérera à la notion asiatique traditionnel1e : la philosophie et la peinture ne font qu'un. Pour ces artistes, c'est la peinture qui leur permet de comprendre le monde et la vie en exprimant leurs sentiments et émotions. L'artiste est à la recherche du Geste Juste, reflet de son moi profond.
Pour ce faire, il doit se libérer de la technique et dépasser ses propres idées et son ego. Sa personnalité doit « mourir » pour laisser émerger une plus grande vérité.
L'évolution artistique de Ramon Hernandez s'est faite dans ce sens. Il a travaillé avec un maitre de 1a calligraphie et a copié les caractères jusqu'à ce qu'il puisse exprimer son « vrai moi » dans les symboles. L'intellect n'intervient absolument pas dans ce processus. Le geste se révèle tout simplement.
Ceci ne s'accomplit pas facilement et Hernandez se rappelle que son maitre lui faisait remarquer que trop de « pensées » étaient présentes dans le tableau. Un simple trait pouvait provoquer la remarque: « Vous pensez encore » ! Parfois, après une demie-heure de cours, le maitre le renvoyait en lui signifiant que rien de bien ne s'accomplirait aujourd'hui, l'état d'esprit n'y était pas favorable.
Lorsque Hernandez se concentrait trop sur la technique, son esprit était encombré par ses pensées. Ceci explique peut-être pourquoi ses tableaux n'ont que rarement des titres préfèrant ainsi le spectateur laisser s'identifir avec sa vision du monde. Le public doit éprouver des émotions sans être influencé par un titre. L'état d'esprit du spectateur doit s'identifie avec ce qu'il voit et entrer en contact avec des sentiments dont il n'est parfois pas conscients.
Ramon Hernandez aujourd'hui
Son style à évolué vers une simplification et une maitrise du trait dans le but de donner plus de force d'expression. L'espace si difficile a maitriser dans une oeuvre abstraite est créé magistralement en appliquant de nombreuses couches de peinture (huile, acrylique et encre de Chine). Parfois, les tableaux sont terminés rapidement, mais très souvent ils sont commencés puis mis de côté, puis retravaillés. Ce processus peut parfois durer plusieurs mois jusqu'à ce que l'artiste sente que tout a été dit.
Ramon Hernandez a exposé à Paris, Londres. Strasbourg, New-York, Chicago, Perth (Australie) ...
Global Vision No. 9, Vol. 3, 2003
PAST, TRAVEL INFLUENCE FEATURED ARTIST'S WORK
Ramon Hernandez incorporates Japanese calligraphy into art, shares sources of inspiration for abstract style
Artist Ramon Hernandez's interest in philosophy and religion has taken him everywhere from a yoga school in Connecticut to the Himalayas to study with the Dalai Lama.
Now his Eastern-inspired works have made their way to Evanston.
Hernandez made his Chicago-area debut Oct. 14 at the Tucker Gallery, 1939 Central St., with a show of about 20 paintings He incorporated elements of Japanese calligraphy in his abstract works and said he was influenced by his study of Zen meditation and his encounters with the Dalai Lama, who is the spiritual leader of the Buddhist religion..
Hernandez paints on Japanese rice paper with calligraphy brushes and ink. Although he used traditional calligraphy techniques, he refrained from using actual Japanese text because of his love for the purely abstract.
Hernandez's pieces were displayed without titles to foster individual interpretation.
"Pure abstract is important to me," he said. "I want my work to be absolutely free to interpretation."
Hernandez grew up in a family of painters and sculptors and became interested in art as a child. At the age of ten, he attended a prestigious art school in San Sebastian, a town in the north of Spain.
Hernandez became interested in philosophy and religion, and embarked on his study of both subjects at a school for yoga and Eastern religion in Connecticut. He then traveled to Kamakura, Japan, to study Zen Buddhism under a famous master.
"On the side, we were allowed to choose an art," he said of his time in Japan. "I chose Japanese calligraphy."
Hernandez then traveled to the Indian Himalayas, where his meetings with the Dalai Lama gave him a unique perspective on art. He said the influence of these meetings cannot be seen in his works, but it does provide him with a more peaceful and cohesive canvas to paint from.
"I am influenced by the Dalai Lama to a certain extent," he said. "But I try not to put those labels on my art."
Gallery owner Catherine Eberle met Hernandez at an art show in New York and said she was intrigued by Hernandez's technique and abstract style.
"I don't look for one set style," Eberle said. "I look for artists who have a strong sense of color and composition. I have featured very traditional landscape painters and then completely abstract ones like Ramon today."
Summar Ghias, The Daily Northwestern, 10/25/04
RAMON HERNANDEZ : GALLERIE BRUN LEGLISE
Ramon Hernandez, peintre espagnol, nous propose une œuvre définitivement imprégnée de force et de lumière, plaçant ses accords graphiques avec violence et énergie, Ramon nous entraîne dans un monde en noir et blanc où la vérité du geste unique a la force et l'intensité d'une tragédie classique.
Aux premiers heurts, chocs de l'encre sur la feuille vierge, immaculée, succède, par un magnifique travail de concentration, un monde d'harmonie et de poésie.
L'excessive pureté de son geste, les accords somptueux des espaces blancs du papier, le rythme, effréné, saccadé de certains de ses traits nous emportent dans un domaine où, de la tragédie ne restent que la présence émouvante de la douleur et l'ineffable beauté de la conscience.
Le travail de Ramon le porte aussi dans cette recherche de l'épure à défendre une autre part de notre humanité, celle à laquelle nous aspirons tous, celle qui prend des noms différents mais qui laisse toujours une indéniable empreinte de bonheur, cette qualité si difficilement atteinte par nos artistes parce qu'il faut pour la retenir, à la fois légèreté et une grave conscience de sa profondeur: La gaîté.
Dans son travail le plus récent : papiers maculés de taches d'encre noire et parfois rouge ou encore orangée, Ramon nous offre une véritable explosion de joie.
Un peintre dont la grande élégance lui permet de toujours nous surprendre sans jamais nous agresser.
Dominique BRUN LEGLISE
RAMON HERNANDEZ : GALLERY BRUN LEGLISE
Strength and light are the main fearures of the work of the Spanish artist Ramon Hernandez. By setting his graphic harmonies with strength and violence, Ramon shows us the way into a world of black and white where the sincerity of the unique gesture has the intensity of a classical tragedy.
Through a tremendous effort of concentration the artist leads us from the first clashes and chocs with the ink on the spotlessly white paper into a world of poetry and harmony.
The purity of his gesture, the perfect balance of the white spaces of the paper, the frantic, jerky rythm of some of his strokes takes us where only remains the distress and the ineffable beauty of the awareness.
In his search for purity, Ramon also defends another part of our humanity, the one everyone is longing for, which carries different names, which always leaves us with an impression of joy, the quality so rarely achieved by artists, because to hold it back you need both lightness and the awareness of its depth: cheerfulness.
His latest works: sheets of white paper stained with black patches of ink, sumetimes red or orange, are an outburst of joy.
The elegance of this artist will always take us by surprise without ever being aggressive.
Dominque BRUN LEGLISE
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The Voices of Silence: Magic Mysteries by Juan Pedro Quiñonero
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El Trazo Zen, Gerardo Elorriaga [El Correo, Bilbao] (Español)
Zen and Art [Global Vision, N°9 2003, London]
Zen et L'art [Global Vision, N°9 2003, London] (Français)
Past, Travel Influence Featured Artist's Work [The Daily Northwestern, Chicago]
Ramon Hernandez : Gallerie Brun Léglise, Paris
Ramon Hernandez : Gallerie Brun Léglise, Paris (Français)
THE VOICES OF SILENCE: MAGIC MYSTERIES
Cesare Pavese put an end to his life and to his work: no more words. A gesture.
The heirs of ethics and aesthetics of Zen Buddhismin time of crisis and Apocalypse, the great masters of the Japanese group Gutai, Jiro Yorshira, Akira Kanayama, Kazmo Shiraga, Chiyu Vemase, Toshio Hoshida, Michio Hoshihara, etc., have reintroduced the staging of the artistic, tragic and poetic gesture into the history of contemporary art.
The artist does not surrender to surrealist automatism. The poetic gesture aspires to establish a dialogue between the dark night of the sky (St.John's Apocalypse) and the black night of man (Celan). After a long and solitary period of Interior and spiritual maturation, the work of art is created in a gesture of love: a physical action, a murmur, the imprint of the hand projecting a cloud of nightmares or stars onto the white canvas.
The work of Ramon Hernandez is in keeping with this Eastern tradition. His pictural gestures are constellations of signs: his works are sown in to the dark night of the soul but bloom in the illuminated intimacy of the skin, the hand, the body. Kneeling before the whiteness of the work to come, Ramon offers us a vision of his most secret torments. Silently, his hand follows the River of the Arrow (Kipling) where the voices of all things created meet the pain of the pilgrim searching throughout the celestial geometry of creation for his place and his path.
His solitary search is somehow heroic. Pilgrim with no homeland, the artist withdraws into his ultimate solitude. No more culture. No more fictions. Let the light be! A gesture: the paper, the canvas are covered with a constellation of signs and mysteries. A powdery multitude of stars. The artist returns to the endless solitude of his torment. For us he leaves the imprint of his passage, the way and sacrifice of a solitary man offering us the miraculous fruit of his struggle and dialogue with the voices of creation's silence. The painting invites one to leap like Alice into Wonderland. No more words. Rather let us listen to the starry cosmic night, the sound of an endless symphony of matter and light offering us its magic mysteries.
Juan Pedro Quiñonero, Journalist and Art Critic
Galerie Azahar, Paris 1999
LAS VOCES DEL SILENCIO: MISTERIOS GOZOSOS
Cesare Pavese puso fin a su vida y su obra con una sentencia inapelable: Basta de palabras. Un gesto.
Herederos de la ética y la estética del budismo zen, en tiempos de crisis y Apocalipsis, los grandes maestros del grupo Gutaï, Jiro Yorshiha, Akira Kanayama, Kazmo Shiraga, Chiyu Vemase, Toshio Hoshsida, Michio Hoshihara, etc., reintrodujeron en la historia del arte contemporàneo la puesta en escena del gesto artistico, tràgico y poético.
El artista no se abandona al automatismo surrealista, El gesto poético aspira a establecer un diàlogo entre la noche oscura del cielo (San Juan) y la noche oscura del hombre (Celan). Tras una larga y solitaria maduración interior, espiritual, la obra se precipita con un gesto amoroso: una acción corporal, un murmullo, la huella de la mano precipitando en el blanco del lienzo una nube de pesadillas o estrellas.
La obra de Ramón Hernàndez se inscribe en esa tradición oriental. Sus gestos pictóricos son constelaciones de signos : la obra se siembra en la noche oscura del alma (Càntico Espiritual), pero florece en la intimidad iluminada de la piel, la mano, el cuerpo. Arrodillado, ante el blanco de la obra que vendrà, Ramón nos ofrece el fruto visionario de su tormento mas intimo. En silencio, su mano sigue el Rio de la Flecha donde se cruzan las voces de todas las cosas creadas y el dolor del peregrino que busca su propio puesto y camino en la geometria celeste de la creación.
Su bùsqueda, solitaria, tiene algo de heroico. El artista se repliega en la soledad ultima del peregrino sin patria. Basta de cultura. Basta de ficciones. Que la luz se haga. Un gesto. Un trazo. La mano se precipita con un gesto trémulo, y el papel, el lienzo, quedan maculados con una constelación de signos y misterios. Polvo de estrellas. El artista vuelve a la soledad sin fin de su tormento. Queda, ante nosotros, la huella del paso, el camino y el sacrificio de un hombre solo, ofreciéndonos los milagrosos frutos de su combate y dialogo con las voces del silencio de la creación. La pintura nos invita a consumar el salto de Alicia en su pais de Maravillas : basta de palabras; escuchemos la noche estrellada del cosmos, entonando la sinfonia sin fin de la materia y la luz, ofreciéndonos sus misterios gozosos.
Juan Pedro Quiñonero, periodista y crítico de arte
Galerie Azahar, Paris 1999
LES VOIX DU SILENCE: ENVOUTANTS MYSTERES
Cesare Pavese mit fin à sa vie et à son oeuvre avec une sentence sans appel: Assez de mots. Un geste.
Les héritiers de l'éthique et de l'esthétique du bouddhisme zen, en temps de crise et d'apocalypse, les grands maîtres du groupe japonais Gutai, Jiro Yorshira, Akira Kanayama, Kazmo Shiraga, Chiyu Vemase, Toshio Hoshida, Michio Hoshihara, etc., ont réintroduit dans l'histoire de l'art contemporain la mise en scène du geste artistique, tragique et poétique.
L'artiste ne s'abandonne pas à l'automatisme surréaliste. Le geste poétique aspire à établir un dialogue entre la nuit obscure du ciel (Apocalypse de Jean) et la nuit noire de l'homme (Celan). Après une longue et solitaire maturité intérieure, spirituelle, l'oeuvre se précipite avec un geste amoureux: une action corporelle, un murmure, l'empreinte de la main projetant sur le blanc de la toile un nuage de cauchemars ou d'étoiles.
L'oeuvre de Ramón Hernández s'inscrit dans cette tradition orientale. Ses gestes pictoriques sont des constellations de signes: l'oeuvre est semée dans la nuit obscure de l'âme (Cantique Spirituel), mais elle fleurit dans l'intimité illuminée de la peau, de la main, du corps. Agenouillé devant le blanc de l'oeuvre qui viendra, Ramón nous offre le fruit visionnaire de son tourment le plus intime. En silence, sa main suit le fIeuve de la Flèche (Kipling) où se croisent les voix de toutes les choses créés et la douleur du pèlerin qui cherche sa place et son chemin dans la géométrie céleste de la création.
Sa recherche, solitaire, a quelque chose d'héroïque. Pèlerin sans patrie, l'artiste se replie dans la dernière solitude. Assez de culture. Assez de fictions. Que la lumière se fasse! Un geste. Un trait. La main se précipite avec geste frémissant. Et le papier, la toile, sont maculés d'une constellation de signes et de mystères. Une poussière d'étoiles. L'artiste revient vers la solitude sans fin de son tourment. Pour nous, il reste l'empreinte de son passage, le chemin et le sacrifice d'un homme seul, qui nous offre les fruits miraculeux de son combat et son dialogue avec les voix du silence et de la création. La peinture nous invite à accomplir le saut d'Alice dans son Pays des Merveilles : assez des mots; écoutons la nuit étoilée du cosmos qui entonne la symphonie sans fin de la matière et de la lumière en nous offrant ses mystères envoûtants.
Juan Pedro Quiñonero, journaliste et critique d'art
Galerie Azahar, Paris 1999
En el silencio de los espacios y de los días surgió el gesto de la mano, la caligrafía y la pulsión poética del artista. Unas veces para trazar poemas condensados, otras, para crear espacios y ritmos para el ensueño y la vida. El gesto como afirmación del yo mas íntimo y profundo. El círculo y el punto, la cruz y el trazo largo para plasmar el universo cósmico entorno a uno mismo. Y surgió así la caligrafía oriental en la que tarde o temprano bebieron las vanguardias del siglo XX, y en la que siguen moviéndose muchos artistas actuales.
Meditación zen
Este es el caso de Ramón Hernández Juantegui (Donostia, 1957), quien tras sus estudios de meditación zen en Japón y en la India, se instala en Asteasu y en París, donde plasma sobre el papel arabescos, trazos y manchas de color, con una impronta de automatismo caligráfico. Tintas chinas sobre papel japón se enroscan y alabean para trazar universos y formas concentradas, gestuales y en movimiento, en torno a un espacio horizontal limpio y silente. Trazos que tratan de ser originales y únicos y que despiertan en el observador un espíritu de introspección radical y poético.
Pero también y en el camino se encuentran este tipo de obras con otras experiencias plásticas anteriores habidas en el espacio-tiempo, experiencias similares o parecidas que van desde Hartung a Soulages, de Tàpies a Sistiaga. En ciertos momentos sus obras nos recordaban a ciertas experiencias del primer Sistiaga que se adelantó a los artistas del País Vasco, trayendo la abstracción gestual de la capital del Sena y que le llevaron a obras radicales con las tintas sobre el papel y sobre el celuloide.
Sobria y profunda
Con todo, conviene también reseñar que el expresionismo abstracto de Ramón Hernández conecta de modo más radical que el de Sistiaga con corrientes minimales y de misticismo zen, y que en su obra se advierte un cierto despojamiento del yo, que le lleva a una cierta despreocupación formal y estética de su propia obra. Es como una obra radical, sobria y profunda, sin aditamentos ni referencias, aunque las haya, de ninguna otra clase, salvo las que se hacen a los propios métodos introspectivos y gestuales. Y en esto creemos nosotros que reside parte de sus aciertos y de sus valores esenciales. La obra que sirve de referente de la exposición, los dos círculos radicales con una vertical en medio trazados en blanco y negro, así como algún arco iris al fondo de la galería, creemos son sus obras más logradas.
Edorta Kortadi – San Sebastian
DEIA, Sabado, Octubre 14, 2006 Kultura Arte.
The poetic calligraphy of Hernandez Juantegui at Gallery 16 San Sebastian
Out of the poetic urge of the artist, in the silence of days and space, the hand suddenly risesto draw a calligraphy, a movement as an assertion of the deepest and most intimate self. The circle and the spot, the cross and the line materialize the surrounding cosmic universe. This is how calligraphy, which influenced the avant-garde of the 20th century and some of today’s artists, was born.
Zen Meditation
And this is the case of Ramon Hernandez who, after studying zen meditation in Japan and India, settled in Asteasu and Paris. He draws, on paper arabesques, lines and spots of color all very influenced by calligraphy. Lines of ink on Japanese paper winding and moving, resulting in converging shapes and forms in a still and horizontal space, thus inciting the viewer to introspection. In their evolution, these works remind of similar, plastic experiences by artist like Hartung, Soulages, Tapies or Sistiaga’s first period when he became the leader of basque artists by introducing “l’abstraction gestuelle” and thus creating some of his very important works: ink on paper and celluloid.
Sobriety and depth
To be honest, one must acknowledge that Hernandez’s abstract expressionism is much closer than Sistiaga’s to the mystical and minimalist zen movement One notices in his work a certain denial of the self enabling him to free himself in form and aethetics His work is radical, sobre and deep, without any addition or references other than those of personal introspective or gesture methods. This is, we think, part of his achievement and main values. The best works are, from our point of view, the paintins in black and white representing two circles with a vertical line running across and the rainbow at the back of the gallery.
Edorta Kortadi – San Sebastian
DEIA, Saturday, October 14th, 2006 Kultura Arte.
ZEN AND ART
After a year studying Spanish law, Ramon moved to Connecticut in the US where he studied Eastern Philosophy and Comparative Religions at the Satchidananda Center from 1977 to 1981.
Fascinated by the exotic, he later moved to Japan where he lived from 1983 to 1987, studying Zen Buddhism. During that time, Hernandez was encouraged by his meditation master to take up Japanese calligraphy. It didn't take long for this new creative discipline to re-awaken and encourage the young Spaniard's artistic talent. And the traditional Japanese philosophy of expressing one's deeper self through a simple gesture became central to Hernandez's art.
Searching the Orient
Having studied the great Japanese and Chinese calligraphy masters of the 18th and 19th century, Hernandez decided to adhere to the traditionally Asian notion that philosophy and painting are one. For Eastern artists, the search for an understanding of the world and of life is achieved through painting, expressing and reflecting the painter's feelings, emotions and experience.
To do this, the artist must free himself from technique and go beyond his own ideas and ego. His “personality” must “die” in the process in order to allow something truer to emerge. Hernandez's artistic eduction carried forth along those lines. He attached himself to a calligraphy master and learned calligraphy through repetitively copying characters until he was able to express his “true self” in the symbols. The intellect doesn't direct anything in the creative process. The gesture reveals itself.
Achieving this isn't easy, and Hernandez remembers his calligraphy master often warning him that too much thinking had gone into painting. A simple line could elicit the comment: “You are still thinking.” Sometimes he would be sent home after only an hour with the master indicating that nothing good would be produced that day, and there was no point in continuing further. The correct state of mind was not there.
When Hernandez was too focused on getting the technique right, his mind was too full of ideas. This may be why his paintings seldom have titles, preferring the public to recognize itself in the painter's vision of the world. The public should feel free to experience emotion, without being guided by a title. The spectator's state of mind must identify with what he sees, connect with an inner feeling of which he may never before been aware.
Hernandez today
Hernandez has spent the last ten years traveling in India, where he has been studying Art and Tibetan Buddhism in Dharamshala, Europe and Australia. He has exhibited in various cities including Paris, Perth, London and New York.
His style has been evolving towards simplifying and mastering the line in order to confer a more powerful form of expression. Space, so difficult to render when executing an abstract work, is brilliantly created through the application of many layers of paint (oil or acrylic) and Chinese ink.
Paintings are at times finished quickly, but most are started, then left aside for a while, and then worked on again. This process can sometimes go on for a few months before the painter feels that it is ready and that all has been expressed.
Global Vision No. 9, Vol. 3, 2003
ZEN ET L'ART
Après un an d'études de droit espagnol, Ramon s'installe aux Etats-Unis. De 1977 à 1981 il y étudie les philosophies orientales et les religions comparées au Centre Satchidananda. Attiré par I' Asie, il part au Japon et s'initie au bouddhisme zen de 1983 à 1987. A cette époque, son maitre de méditation l'encouragea à l'étude de la calligraphie japonaise. Très vite, cette nouvelle discipline stimulera son talent artistique. C'est ainsi que la philosophie traditionnelle japonaise qui consiste à exprimer son moi profond par un simple geste devint la base de l'art d'Hemandez.
Il adhérera à la notion asiatique traditionnel1e : la philosophie et la peinture ne font qu'un. Pour ces artistes, c'est la peinture qui leur permet de comprendre le monde et la vie en exprimant leurs sentiments et émotions. L'artiste est à la recherche du Geste Juste, reflet de son moi profond.
Pour ce faire, il doit se libérer de la technique et dépasser ses propres idées et son ego. Sa personnalité doit « mourir » pour laisser émerger une plus grande vérité.
L'évolution artistique de Ramon Hernandez s'est faite dans ce sens. Il a travaillé avec un maitre de 1a calligraphie et a copié les caractères jusqu'à ce qu'il puisse exprimer son « vrai moi » dans les symboles. L'intellect n'intervient absolument pas dans ce processus. Le geste se révèle tout simplement.
Ceci ne s'accomplit pas facilement et Hernandez se rappelle que son maitre lui faisait remarquer que trop de « pensées » étaient présentes dans le tableau. Un simple trait pouvait provoquer la remarque: « Vous pensez encore » ! Parfois, après une demie-heure de cours, le maitre le renvoyait en lui signifiant que rien de bien ne s'accomplirait aujourd'hui, l'état d'esprit n'y était pas favorable.
Lorsque Hernandez se concentrait trop sur la technique, son esprit était encombré par ses pensées. Ceci explique peut-être pourquoi ses tableaux n'ont que rarement des titres préfèrant ainsi le spectateur laisser s'identifir avec sa vision du monde. Le public doit éprouver des émotions sans être influencé par un titre. L'état d'esprit du spectateur doit s'identifie avec ce qu'il voit et entrer en contact avec des sentiments dont il n'est parfois pas conscients.
Ramon Hernandez aujourd'hui
Son style à évolué vers une simplification et une maitrise du trait dans le but de donner plus de force d'expression. L'espace si difficile a maitriser dans une oeuvre abstraite est créé magistralement en appliquant de nombreuses couches de peinture (huile, acrylique et encre de Chine). Parfois, les tableaux sont terminés rapidement, mais très souvent ils sont commencés puis mis de côté, puis retravaillés. Ce processus peut parfois durer plusieurs mois jusqu'à ce que l'artiste sente que tout a été dit.
Ramon Hernandez a exposé à Paris, Londres. Strasbourg, New-York, Chicago, Perth (Australie) ...
Global Vision No. 9, Vol. 3, 2003
PAST, TRAVEL INFLUENCE FEATURED ARTIST'S WORK
Ramon Hernandez incorporates Japanese calligraphy into art, shares sources of inspiration for abstract style
Artist Ramon Hernandez's interest in philosophy and religion has taken him everywhere from a yoga school in Connecticut to the Himalayas to study with the Dalai Lama.
Now his Eastern-inspired works have made their way to Evanston.
Hernandez made his Chicago-area debut Oct. 14 at the Tucker Gallery, 1939 Central St., with a show of about 20 paintings He incorporated elements of Japanese calligraphy in his abstract works and said he was influenced by his study of Zen meditation and his encounters with the Dalai Lama, who is the spiritual leader of the Buddhist religion..
Hernandez paints on Japanese rice paper with calligraphy brushes and ink. Although he used traditional calligraphy techniques, he refrained from using actual Japanese text because of his love for the purely abstract.
Hernandez's pieces were displayed without titles to foster individual interpretation.
"Pure abstract is important to me," he said. "I want my work to be absolutely free to interpretation."
Hernandez grew up in a family of painters and sculptors and became interested in art as a child. At the age of ten, he attended a prestigious art school in San Sebastian, a town in the north of Spain.
Hernandez became interested in philosophy and religion, and embarked on his study of both subjects at a school for yoga and Eastern religion in Connecticut. He then traveled to Kamakura, Japan, to study Zen Buddhism under a famous master.
"On the side, we were allowed to choose an art," he said of his time in Japan. "I chose Japanese calligraphy."
Hernandez then traveled to the Indian Himalayas, where his meetings with the Dalai Lama gave him a unique perspective on art. He said the influence of these meetings cannot be seen in his works, but it does provide him with a more peaceful and cohesive canvas to paint from.
"I am influenced by the Dalai Lama to a certain extent," he said. "But I try not to put those labels on my art."
Gallery owner Catherine Eberle met Hernandez at an art show in New York and said she was intrigued by Hernandez's technique and abstract style.
"I don't look for one set style," Eberle said. "I look for artists who have a strong sense of color and composition. I have featured very traditional landscape painters and then completely abstract ones like Ramon today."
Summar Ghias, The Daily Northwestern, 10/25/04
RAMON HERNANDEZ : GALLERIE BRUN LEGLISE
Ramon Hernandez, peintre espagnol, nous propose une œuvre définitivement imprégnée de force et de lumière, plaçant ses accords graphiques avec violence et énergie, Ramon nous entraîne dans un monde en noir et blanc où la vérité du geste unique a la force et l'intensité d'une tragédie classique.
Aux premiers heurts, chocs de l'encre sur la feuille vierge, immaculée, succède, par un magnifique travail de concentration, un monde d'harmonie et de poésie.
L'excessive pureté de son geste, les accords somptueux des espaces blancs du papier, le rythme, effréné, saccadé de certains de ses traits nous emportent dans un domaine où, de la tragédie ne restent que la présence émouvante de la douleur et l'ineffable beauté de la conscience.
Le travail de Ramon le porte aussi dans cette recherche de l'épure à défendre une autre part de notre humanité, celle à laquelle nous aspirons tous, celle qui prend des noms différents mais qui laisse toujours une indéniable empreinte de bonheur, cette qualité si difficilement atteinte par nos artistes parce qu'il faut pour la retenir, à la fois légèreté et une grave conscience de sa profondeur: La gaîté.
Dans son travail le plus récent : papiers maculés de taches d'encre noire et parfois rouge ou encore orangée, Ramon nous offre une véritable explosion de joie.
Un peintre dont la grande élégance lui permet de toujours nous surprendre sans jamais nous agresser.
Dominique BRUN LEGLISE
RAMON HERNANDEZ : GALLERY BRUN LEGLISE
Strength and light are the main fearures of the work of the Spanish artist Ramon Hernandez. By setting his graphic harmonies with strength and violence, Ramon shows us the way into a world of black and white where the sincerity of the unique gesture has the intensity of a classical tragedy.
Through a tremendous effort of concentration the artist leads us from the first clashes and chocs with the ink on the spotlessly white paper into a world of poetry and harmony.
The purity of his gesture, the perfect balance of the white spaces of the paper, the frantic, jerky rythm of some of his strokes takes us where only remains the distress and the ineffable beauty of the awareness.
In his search for purity, Ramon also defends another part of our humanity, the one everyone is longing for, which carries different names, which always leaves us with an impression of joy, the quality so rarely achieved by artists, because to hold it back you need both lightness and the awareness of its depth: cheerfulness.
His latest works: sheets of white paper stained with black patches of ink, sumetimes red or orange, are an outburst of joy.
The elegance of this artist will always take us by surprise without ever being aggressive.
Dominque BRUN LEGLISE
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